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martes, 13 de marzo de 2012

Historias (Columnistas)

Por: Poly Andrada






                      Historias






De pequeña no había momento mas mágico que las reuniones familiares
donde se empezaban a contar anécdotas. Las mismas historias contadas
una y otra vez por mi papa. Papa, tremendo contador de cuentos, reales
o imaginarios. Recuerdo la de cuando el era chico y estaba jugando con
sus hermanos en la Estancia y llego el judío que vendía cosas.Mi
abuela Victoria y el Judío (que podía ser de cualquier nacionalidad,
se le llamaba así a los vendedores ambulantes que llegaban hasta las
casas en los campos) mantenían una conversacion cuando de repente mi
papa escucho: "Mire Dona Victoria inventaron un aparato parecido a la
radio, pero donde ud puede ver a la gente". Papa y sus hermanos se
empezaron a reír, no entendían como era eso posible. Ya la radio era
todo un misterio.
Allá por fines del 50 en mi pueblo, Bavio, solo había un televisor y
estaba en un bar. Hasta ahí se escapaba mi tío Pocho para ver a los
jugadores de fútbol. Con inocentes 6 o 7 anos le pedía al cantinero:
Una chevecha por favor!! porque sabia que para mirar la tele tenia que
tomar algo. El cantinero le servía agua y todos reían. en ese entonces
lo apodaban Chevecha.
Siempre que puedo le cuento historias a mi hijo, al igual que papa, un
poco reales y otro poco inventadas Le digo que es una tradición
familiar, que todos somos contadores de historias, que el algún día
deberá hacer lo mismo con sus propios hijos. Una noche le estaba
contando cuando nos fuimos a pescar ranas con mis primos, con un farol
(sol de noche) la orilla del arroyo. Íbamos en carro y nos traíamos
la bolsa llena, regodeandonos con ese banquete. Cuando llegamos la
bolsa estaba vacía, un tremendo agujero se erguia orgulloso en el
fondo de la bolsa.
Cromagnon, mi esposo, escuchaba y entonces le empezó a contar que
cuando el era chico era entrenador de pokemones. Mi hijo de 5 anos lo
miro y luego me dijo: Mama podes enseñarle a papa a contar historias?
Ser contador de historias es un arte. Todos tenemos historias para
contar, un poco reales y otro poco inventadas.
Apaga la tele. Contale una historia a tu hijo, a tu esposa, a tu
amigo. De gente que ya no esta, o que tal vez ni siquiera conoce. De
lugares que son mágicos en el recuerdo...


 




3 comentarios:

  1. Que lindo poder compartir historias, sobre todo con nuestros hijos.Espero ansioso mas historias!

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  2. Son fantásticas las formas que tienen de transportarnos a ese inventado mundo....

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  3. Gracias (y aqui es donde hago una reverencia como las bailarinas) miles :)

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